domingo, 14 de septiembre de 2014

Amadas hijas, somos mujeres - Sobre la equidad

Por Ana María Constaín


Amadas hijas, 

Somos mujeres
Nuestro cuerpo es diferente al de los hombres
Eso es fácil de notar (a veces)

Somos mujeres
Femeninas
Sensibles, emocionales, intuitivas, generosas, comprensivas, flexibles, receptivas, delicadas, pasivas, blandas, contemplativas.  Empáticas y Amorosas.
Nuestros cuerpos nos permiten gestar, parir y amamantar a los bebés. 
Luego cuidarlos, conectar con ellos para asegurarnos de que tengan lo que necesitan. Podemos cuidar de nuestro hogar. Asegurarnos que sea un lugar nutricio. Sembrar y cocinar los alimentos.
Sabemos relacionarnos y comunicarnos mejor. Así que podemos tejer redes y crear comunidad. Para sobrevivir.

Los hombres son masculinos.
Fuertes, racionales, intelectuales, decisivos, asertivos, prácticos, estratégicos, directivos, realistas, activos, duros, perseverantes.
Sus cuerpos les permiten asegurar que la especie humana no se acabe. Luego proteger a la familia de cualquier amenaza externa. Ellos se aseguran de que nosotras las mujeres tengamos de afuera lo que necesitamos. Alimento, abrigo, seguridad. Pueden hacer inteligentes planes para salir y explorar y volver a salvo con lo que necesitamos en casa.

Se supone.  

Tal vez antes así era.
Pero los seres humanos somos complejos.
No queremos solo sobrevivir.

Así que hoy las cosas no son solo así. Y eso es muy confuso. Porque mujeres y hombres nos preguntamos continuamente que se supone que somos y que se supone que hagamos.
No nos conformamos. Nos aburrimos y exploramos nuevas cosas.

Amadas hijas,
Somos mujeres
Y yo no tengo tan claro lo que eso significa.

Porque en algunas cosas yo me siento muy femenina y en otras muy masculina.
Y lo mismo le pasa a papá.

A los dos nos gusta cuidarlas y protegerlas. Amarlas. Quedarnos en casa para jugar, crear y pintar. Salir a trabajar.
Hacer planes y estrategias para poder conseguir lo que necesitamos. (eso yo lo hago mejor)
Confiar en la vida y su abundancia (y eso papá lo hace mejor)
A ninguno de los dos nos gusta cocinar.
Y los dos trabajamos en el mundo emocional. Acompañamos, ayudamos y cuidamos de otros. Exploramos el mundo interno e intuitivo.
Los dos somos buenos con las palabras. Aunque a mi me gusta mucho mas hablar y hablar. A papá le encanta ver deportes y a mi me gusta más bailar.
Nos gusta leer y cultivar nuestra mente.  Contarles cuentos. Enseñarles a leer, escribir, contar, investigar el mundo.
A mi me gusta coser. A papá los computadores.
Yo puedo hacer mil cosas a la vez. Pero siempre siempre tengo mucho en mi cabeza.
Papá en cambió tiene que hacer una cosa a la vez, pero puede desconectarse
Los dos somos complacientes y consentidores. Y a veces fuertes y frustradores.
.

En nuestra casa lo femenino y masculino está muy mezclado.
Y les confieso que a veces me siento mal. Porque aunque me encanta como soy a veces creo que debería ser más femenina.
Especialmente desde que soy mamá. Porque la maternidad es muy femenina. Y necesita de todas esas cualidades.
Y claro, mucho de eso surgió naturalmente desde que empezaron a crecer dentro de mi.
Pero algunas cosas no. Como parirlas y amamantarlas. O quedarme plácidamente en casa conectada con ese mundo interno, constantemente.
Por mucho tiempo me he peleado con eso.

Amadas hijas,
Somos mujeres
Pero eso no nos define.
Creo yo, porque hoy nos estamos integrando. En muchos sentidos. Eso quiere decir que las mujeres tenemos aspectos masculinos. Y los hombres aspectos femeninos. Estamos encontrando un equilibrio. No solo las personas. También el mundo. Y en esa búsqueda vamos de un lado para el otro. Probando, aprendiendo, descubriendo partes que desconocíamos. Para ser mas completos. Para usar todo nuestro potencial de seres humanos.

Somos mujeres, pero no tenemos que ser solo femeninas. Si seguimos integrándonos, podemos elegir lo femenino y lo masculino según la situación.
Podemos relacionarnos con los hombres de una manera menos dependiente. Porque no nos necesitamos tanto unos de otros para sobrevivir. Más bien nos acompañamos y complementamos danzando entre ambos polos. Tomando lo mejor de ambos mundos.

Ser mujeres es una de las tantas cosas que somos.  Pero no define quien somos. Porque somos mucho más que un género.

Así que amadas hijas,
Ser mujeres es eso. Un aspecto de quienes son.
No es más o menos que ser hombre.
Aunque muchos y muchas lo crean así
No tiene una sola forma de ser.
Aunque insistamos en encajarnos en descripciones rígidas,
Nuestro poder y nuestra fuerza no están en ser lo uno o lo otro
Ni nuestro amor. 

Amadas hijas,
Somos mujeres,
Y más allá de eso,
Somos todos iguales en nuestra esencia.
Todo lo demás es forma.
Y esa diversidad de formas hace el mundo más maravilloso


Está en ustedes descubrir como son.
Como quieren desplegarlo en el mundo

Explorarlo,
Cuestionarlo,
Experimentarlo
Resignificarlo,
Trascenderlo,


Y amar todo lo que son.

*Autoe de la imagen Michael Créese

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