jueves, 20 de septiembre de 2018

¿Piensa antes de actuar?


La baraja del Buen Viajero se ha convertido en una compañera en algunas de las clases y talleres de Prisma.
Pasar a la acción me sigue apareciendo.
Más? Me pregunté cuando la vi.
Tengo la idea de que últimamente es lo único que hago.
Una idea claro.
Así que soltando la idea.
Acciones muchas. Sin embargo muchas de ellas premeditadas.
Cuanta energía pierdo pensando antes de actuar.
Confundiendo pensamiento con consciencia!
¿Esto que hago es arrogante? ¿Lo hago desde la herida? ¿Que consecuencias tendrá? ¿Haré daño a alguien? ¿Haré el ridículo? ¿Me equivocaré?
Divagaciones mentales entre los posibles escenarios, las probables catástrofes, un futuro indeseable que puedo evitar si pienso bien.
Piensa antes de actuar! Retumba en mi cabeza.
Cuánta espontáneidad pérdida. Cuanta vida no vivida por mis paseos mentales en un universo imaginario que es bastante etéreo y que sin duda poco sirve a hora de materializar.
¡Que materialista!
Un pensamiento más que me detiene en la acción espontánea.
La materia . El territorio de las acciones.
¿Pero si no pienso, no terminare actuando impulsivamente todos mis deseos y emociones más terroríficas?
No es acaso la posibilidad de pensar la que nos aleja de los animales y nos permite la civilización?
Espontáneidad no es lo mismo que impulsividad.
Altos costos ha dejado esta confusión.
Pensar no es igual que ser consciente.
Y olvidar nuestra animalidad nos pasa factura.
Pasar a la acción espontánea.
Invitar a las emociones, intuiciones, sensaciones corporales, sentidos, a esta toma de decisiones.
Bajarme de las indagaciones eternas y estar presente.
Actuar impulsivamente es reaccionar.
No hay espacio entre el impulso y la acción
En la acción espontánea hay espacio. Un espacio de aceptación de todos esos impulsos, sensaciones, emociones y pensamientos, seguida de una acción que atiende lo que hay en el presente.
Esto más que explicarse se practica.
Que largo texto. Debería mejor hacer una entrada de blog..
Abro espacio al pensamiento y mejor pongo compartir 😉

"Volvió a ser ella"

"Volvió a ser ella"
"No sé que le pasa, él no es así"
"No me esperaba esto de ti!"
"Ella sería incapaz de eso"
Afirmaciones que dan cuenta de la reducida imagen que tenemos de los demás. De la manera en como nos encasillamos y definimos.
Nos aceptamos y amamos parcialmente. Permitimos solo lo que encaja en nuestra mirada del otro y de nosotros mismos. Lo demás queda relegado al olvido. A la sombra.
Entonces nos pasamos la vida tratando de coincidir con este relato que nos ha ido definiendo.
Amar y aceptar radicalmente.
Comprender que eso que pensamos del otro o de nosotros mismos es solo una parte del todo. Ampliar la consciencia es saber que nunca estamos terminados y que no somos una sola cosa. Somos infinitas posibilidiades.
Somos esto, somos aquello. Blanco y negro. Y todos los matices, todos los colores.
Capaces de todo.
Todo en potencia.
Entre más lo reconozcamos, más podemos elegir qué, de todo este potencial queremos actuar, en lugar de ir como autómatas por la vida, anhelando la gloria, perfeccionando nuestros personajes limitados para ser "alguien".
Para cumplir con las expectativas de otros y que nunca nos digan
"No me esperaba esto de ti"
Evitando ese "No estas siendo tu", dejando de ensayar y explorar aspectos que incomodan a los demás.
Anhelando el "volviste a ser tu", como validación, aprobación y aprecio.
No podemos no ser nosotros.
Si acaso nuestros actos pueden afectar a otros.
Actos que no representan de la mejor manera nuestra naturaleza esencial cuando no podemos elegir porque vivimos en un estado de inconsciencia,
Mochando gran parte de nuestro repertorio en la eterna necesidad de ser amados.
Amar es amar todo, es amarnos completos.
Sin obligar al otro a satisfacernos.
Amar radicalmente

Visibilicemos la violencia.

Visibilicemos la violencia.
TODA la violencia.
La física.
La verbal
La emocional que es tantas veces invisible
La de los contenidos que vemos y observamos a diario
La violencia que no es un tema que pertenezca al terreno del género, o de las relaciones padres/madres e hijos,
De época, o de territorio.
Es un tema de humanos.
De todos.
Visibilicemos la violencia sabiéndonos y reconociéndonos violentos. De múltiples formas según nuestras características y entorno.
Viendo de frente la violencia cotidiana de nuestra historia personal y social, de nuestras relaciones, de nuestras conductas y lenguaje, nuestros pensamientos, de nuestra relación con nosotros mismos.
Tantas maneras de violentarnos y violentar a otros, de pasar los propios límites y los de otros, de participar en juegos de poder para hacer sentir al otro menos encubriendo nuestra propia inseguridad.
Tantas maneras de violentar el entorno, invadir el campo del otro, su cuerpo, su mente, su corazón. Intentando sentirnos poderosos, cuando en realidad nos sentimos tan insignificantes.
Visibilicemos la violencia no para culpar y seguirnos violentando.
Pongámosla sobre la mesa para saberla ahí. Conocerla. Indagarla. Navegar en ella.
Está ahí y siempre ha estado,
Crece cuando ignoramos nuestro aspecto animal, y olvidamos nuestro aspecto divino.
Visibilicemos la violencia. Si hacemos consciencia de ella, quizá entonces podamos elegir algo diferente antes de machacar violentamente todo aquello que nos muestre nuestro dolor.

¿Qué hago para que mi hijo/a no mienta?


1. Acepta que va a mentir.
Todos mentimos. ¿o que pasaría si todas nuestras conversaciones, pensamientos, chats y correos fueran develados de un momento a otro?
2. Evita preguntar ¿por qué me mentiste?
Mejor indaga que vergüenza, miedo o culpa encubre su mentira en lugar de enfocarte en el hecho mismo de mentir.
Mentimos para ocultar algo que consideramos inaceptable de nosotros mismos o inaceptable para el otro.
3. Acepta a tu hijo/a completo.
Hazle saber que lo amas con todo aquello que le parece inaceptable de si mismo, incluída la mentira.
Y Acéptate tu completo/a.
¿Que aspectos de ti ocultas a los demás?
4. No lo castigues por ser de una u otra forma.
Evita llamarlo mentiroso o malo o frases como "es totalmente inaceptable lo que hiciste", "me has decepcionado o no me esperaba esto de ti"
Mejor muéstrale las consecuencias de sus acciones para los demás y para sí mismo.
5. Revisa que necesidad tiene que no está siendo cubierta
¿Qué necesidades tuyas no están siendo cubiertas?
A veces hay na estrecha relación entre ambas cosas
6. Revisa tu necesidad de control
¿Qué tanto espacio de intimidad le das a tu hijo/o? ¿Qué tanto necesitas saber todo de él/ella?
¿Qué tanto tienes tu mismo/a espacios de intimidad?
Ejemplo:
Un niño miente sobre un dulce que se comió a escondidas:
1. Acepta que es usual que un niño haga eso.
2. Comprende que él sabe que si lo pide no se lo darán. Se siente avergonzado de no poder autocontrolarse.
3. Hazle saber que es difícíl no actuar algunos impulsos. Lo es para los adultos también. Dile que lo amas.
4. Cuéntale que el exceso de dulces puede ser dañino. Quizá ese día no podrá comer postre porque ya tuvo suficiente azúcar.
5. Revisa si estás siendo muy rígida en las normas, o en la dieta. Hay algún tema alimenticio en tu historia? Algún temor con el aspecto físico?
¿Qué tanta dulzura, gozo y alegría hay en casa? ¿En la vida de tu hijo? ¿En tu vida? ¿Como se relacionan con el placer?
6. ¿Controlas en exceso la comida de tu hijo? ¿La tuya?
¿Tienen espacios de intimidad con sus amigos?

Semana de lactancia

Este post me ha dado vueltas toda la semana. Me he silenciado a mi misma diciéndome que una campaña pro-algo es solo eso.
Entonces me digo: ¿Por qué voy a ir de amargada si lo que busca la campaña es fomentar algo tan importante como la Lactancia Materna?
¿No estarás hablando desde tu herida?
¿Desde tu ego?
Hasta que hoy leí algo que me me disparó, la herida o el ego, o la fuerza de una voz que desde que mis hijas nacieron cada vez elijo callar menos.
"La lactancia es el acto de amor más grande".
También he leído acerca de acto de sacrificio que representa.
Y entonces me acordé de mis dos postpartos, detrás de los libros y pantallas, llorando, sintiéndome sola, culpable, poco mujer, mala mamá.
Desesperada en una búsqueda incansable porque no me salía leche. Y eso, me decían, era imposible.
Cuántas veces me dijeron: la que no amamanta es porque no quiere.
Yo quería. Quería mucho. Me había preparado de todas las maneras posibles. Física, mental, psicologica, existencialmente.
Y aún así la leche no fluyó. Con ninguna de mis hijas. Aún cuando con la segunda creía haber aprendido la lección.
Muchas veces me sentí muy maltratada por mujeres que me juzgaron directa e indirectamente. Empecé a leer con otros ojos todos los discursos de amor y crianza respetuosa. No encontraba un lugar en una comunidad que parecía no tener un espacio para la cesárea y la no-lactancia.
Vi de frente como las mismas mujeres somos tan duras, y la crianza desde el mismo embarazo se vuelve una competencia despiadada y tan disfrazada.
El primero de los postpartos fue muy difícil. En el segundo ya tenía más posibilidades emocionales.
Me acuerdo de frases como: eso es ser mamá. No puedes rendirte, tu bebé te necesita. Se va a enfermar si no le das teta. El vinculo depende de eso.
Y si:
Es el acto de amor más grande.
Por supuesto sé que la lactancia necesita campañas, recursos, apoyo.
Desmitificar tantas falsas ideas, dar información real y estudiada que nos cuente de lo maravilloso que es el cuerpo y lo importante que es para el bebé.
Apoyar a las mamás que están solas, confundidas, que muchas veces abandonan porque no hubo nadie que acompañará su postparto.
Se necesitan políticas públicas y de salud, cambiar ideas e imágenes erróneas, reivindicar la teta y sacarla de territorios perversos que dejan a los niños sin alimento y a las madres divididas.
Y también sé que no podemos perder de vista a la mujer detrás de la teta.
Eso es también objetivizarla. Convertirla ahora solamente en la teta que alimenta.
Cómo si todo lo demás se pudiera poner en pausa.
Cómo si no amamantar fuera una debilidad. Una falla de una madre que no fue capaz.
Que no tuvo "suficiente amor" como para superar el dolor que le corresponde como madre.
Sé de mi, y sé de tantas mujeres que han pasado por lo mismo.
Quizá para ellas escribo hoy. Para quienes esta campaña duele, y les hace cuestionarse su labor, su feminidad, su capacidad. Para quienes se sienten débiles, o temen por todos los daños que están causando a sus bebés por sus elecciones “egoístas” o sus organismos dañados.
¿Por qué para muchas no es posible?
Tantas explicaciones que han pasado frente a mi. Cómo con todos y cada unos de los temas de la crianza.
Finalmente mis hijas si algo me han enseñado es que solo.se que nada sé, y que nada puedo controlar.