Por Ana María Constaín
Amadas Hijas,
Muchos papás y mamás decimos “Yo solo
quiero que mis hijos sean felices”
Creo que es una profunda verdad. Todos al
final lo que queremos es ser felices.
El problema, amadas hijas, es que no
sabemos muy bien lo que es la felicidad
Entonces, aunque nuestras intenciones
sean las mejores, muchas veces hacemos cosas para que nuestros hijos sean
felices, y logramos lo contrario.
Los presionamos, los corregimos, les
enseñamos, los guiamos, les decimos que hacer, los castigamos, los premiamos,
los halagamos,
Usamos toda clase de artimañas para
llevarlos por el camino correcto
Incluso cuando creemos que no lo hacemos.
Convencidos de que los estamos educando
en libertad y respeto, muchas veces lo que hacemos es disfrazar y maquillar las
mismas estrategias, para que sean buenas personas
Todo esto desde nuestra creencia de lo
que es el camino correcto, o lo que es ser una buena persona
Queremos
que sean felices
Amadas hijas,
Yo quiero que lo sean
Yo quiero serlo
Y a veces no lo soy
Tal vez lo saben, porque lo han visto
Han presenciado mis días oscuros,
Aquellos en los que mi paciencia está
ausente, y estoy irritable y gruñona
Esos momentos en los que estoy en la cama
un poco más de lo que parece aceptable
Y me cuesta poner los pies en el mundo
para enfrentar el día
Me han visto llorar y gritar,
Sentirme desconsolada por no comprender
nada
Porque me duele en la piel el mundo,
Amadas hijas,
Sufro en esos momentos por ser esa
persona para ustedes
Porque no corresponde en absoluto con la
mamá feliz
Soy psicóloga, lo saben, y el fantasma de
la depresión aparece
Me asusta,
La muerte se asoma seductoramente
Y amadas hijas, de eso no se habla
Porque una persona feliz quiere estar
viva
Aún así la muerte se asoma,
No como una posibilidad,
Sino como un anhelo
Tampoco como un deseo,
Aparece amadas hijas,
porque bien sé que la muerte es un
despertar a algo que conozco,
Pero de eso no sea habla, amadas hijas
Porque da mucho miedo
De alguna forma a veces la muerte es
concebida como un fracaso
Un fracaso a ese intento por ser felices
Amadas hijas,
Hoy se los escribo, porque me he
cuestionado mucho lo que es la felicidad
En esos días oscuros, de lucha y
resistencia
Tratando de ser feliz para ustedes
Repitiendo frases positivas,
Agradeciendo todo lo que hay y tengo
Escondiendo estados aterradores,
Llamando al placer a la fuerza,
Siguiendo bien las instrucciones,
Esta vez fue insostenible
Falso
Y aunque seguí con mi rutina
aparentemente,
Sirviendo el desayuno, jugando,
trabajando, leyendo cuentos,
Internamente me dejé caer
Me permití por momentos entrar en mi
cueva y dejar salir las lágrimas
Ser transparente a ustedes,
Abandonar la madre vital, creativa,
presente, disponible, alegre
O al menos la pretensión de serlo
Me permití no ser feliz
Dejar que vinieran todas las olas
Que me inundaran la confusión, la
frustración, la impotencia
La rabia, la inconformidad, el juicio, el
desespero, la soledad
La tristeza, el dolor, la incomprensión,
el agotamiento
La envidia, los celos, el miedo, la
escasez
Aceptar este aspecto mío, en el que me
siento rara
En donde no entiendo las reglas del juego
Nada tiene sentido
El mundo me parece absurdo
Me lo permití amadas hijas
Fue profundamente liberador
Amadas Hijas,
No solo quiero que sean felices
Porque no se muy bien que es eso
Sospecho que cuando hablamos de felicidad,
queremos conectar con un estado que todos de
alguna manera conocemos
Un estado puro y amoroso
Ese, que siento tantas veces cuando
estamos juntas
O cuando en mi trabajo surge lo más
esencial de las personas
Eso que aparece cuando nos vemos a los
ojos,
Cuando papá y yo estamos juntos
O cuando en silencio me siento frente al
mar
Ese, que yo llamo Amor, así con
mayúsculas, es lo más parecido a la felicidad
que yo he sentido
Con todos estos ires y venires,
Con el pasar de esas olas y tormentas
Me parece comprender
Que todo esas emociones indeseables
Vienen a mostrarme que me estoy alejando
de ese lugar
Que lo estoy olvidando
Y me estoy confundiendo
Es una poderosa invitación a hacer un
alto en el camino
Volver a mi
Conectar conmigo
y con ese Amor o Esencia o Dios o
Luz o tantas otras palabras que tiene
Desde ahí, Amadas Hijas
No importa mucho lo que haga, o donde
este,
Me siento plena
Aunque es difícil encontrar ese lugar en
medio de la vida
No hay afán.
Me parece que eso es lo que quiero
aprender
Amadas Hijas
No solo quiero que sean felices
Porque esa palabra se queda corta
Y está llena de significados y cargas que
me parece no son muy acertados
Quiero acompañarlas en su camino
Amarlas profundamente
Aprender junto a ustedes
Mostrarles lo que sé por si les sirve
Ser lo que soy y favorecerles ser lo que
son
En lo más profundo
Permitir que vengan las olas, tormentas,
soles y lunas, terremotos y huracanes, brisas y lloviznas
El día y la noche
Amadas Hijas
Sean
Aquí estoy para ustedes