martes, 9 de abril de 2019

Amada Hija: Te amamos completa


Amada Hija:
Tienes derecho a equivocarte. Es más esperamos que lo hagas.
Puedes romper las reglas. Esperamos que lo hagas. Rompiendo las reglas que consideramos absurdas, vamos abriendo espacio a la genuina libertad.
Tendrás que aceptar que te regañemos, que te regañen otros. Ser genuino a veces puede ser doloroso. 
Quizá te llamarán rara. Te castigarán, te castigaremos.
Pero queremos que sepas que no hay nada de malo en ser rara. Todos lo somos de alguna manera.
Porque cada uno de nosotros no es más que una perspectiva a través de la cual se experimenta eso que llamamos Dios.
¿Qué sentido tiene que todos seamos iguales?
Tendrás que descubrir quién eres, cuál es tu única perspectiva, tus dones, tus colores y tu propia música.
A veces imitarás la de otros, o te revelarás, tropezarás, caerás, volarás, te arrastrarás, te esconderás y también te paralizarás.
Ensaya. No pares de hacerlo. Equivócate, que los errores son sagrados. Perseguirás metas para darte cuenta luego de que son solo espejismos, porque en realidad no hay a donde llegar. Todo ya es y está aquí y ahora.
Hazlo de todas maneras, recorre caminos, los que quieras, que al final todos te llevarán al mismo lado si prestas atención: a tu corazón, que es el corazón mismo de la existencia.
Sentirás vergüenza, cada vez que eso que hagas parezca inadecuado. Cada vez que te atrevas a ir un poco más allá de lo establecido y cada vez que te despojes de aquellas capas que te defienden.
Siéntela. No hay nada de malo en ello. La vergüenza no es tu enemiga, por el contrario es señal inequívoca de que tu autenticidad está emergiendo.
Acá estamos contigo, quizá a veces seamos quienes te avergoncemos a ti, porque tu autenticidad nos pone en aprietos. Pero siempre estaremos para repetirte: No hay absolutamente nada de malo contigo.
Te diremos una y otra vez lo que siempre te decimos:
Nada que seas, que pienses, que sientas o que hagas puede lograr que te amemos menos.
Te amamos completa. Es imposible que sea de otra manera.
Tu sola existencia nos engrandece. Y con cada uno de tus errores, ensayos, vergüenzas, peleas, exploraciones, conflictos, rupturas y dramas, nos descubrimos un poco más a nosotros mismos.
Equivócate. Incomódanos. Danza con los limites.Descubre la libertad que habita en tu corazón, detrás de todas aquellas ideas de lo que debería ser la existencia, y de lo que deberías ser tu.