Somos seres sexuales desde que nacemos.
Educar en la sexualidad no puede limitarse a dar información biológica, hablar de "las partes privadas" o controlar y llenar de miedos de lo terrible que puede pasar.
Educar en la sexualidad es educar en la conciencia corporal, en la posibilidad de poner y aceptar limites, en el respeto y aceptación por la diversidad.
Es cuestionarnos nuestras creencias, hablar de lo que no se habla con honestidad aunque nos cueste y no sepamos como hacerlo.
Es cuestionarnos nuestras creencias, hablar de lo que no se habla con honestidad aunque nos cueste y no sepamos como hacerlo.
Educar en la sexualidad es revisar nuestra propia historia sexual. Es nombrar los abusos, no solo los sexuales, de nuestra vida y asumir nuestros propios dolores y limitaciones.
Es indagar en el placer y el gozo. Ver cuanto espacio de esto hay en nuestra vida y en la de los niños.
Educar en la sexualidad es comprender que somos sexuales. Que la sexualidad es mucho más que un acto biológico para la reproducción o una búsqueda de placer que puede controlarse.
Necesitamos ampliar la mirada. Ver que le sexualidad es también emocional, vincular, y trascendente.
Necesitamos ampliar la mirada. Ver que le sexualidad es también emocional, vincular, y trascendente.
Es cuestionar las ideas aprendidas sobre género, sexo e identidad.
Diferenciar lo prohibido de los limites. Lo intimo de lo secreto, el control de la atención y la presencia.
Diferenciar lo prohibido de los limites. Lo intimo de lo secreto, el control de la atención y la presencia.
Sexualidad es conexión, es amor, es creatividad y gozo. No solo genitalidad.
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