En terapia, no importa si estoy ante un niño, un adulto, una familia, o un grupo,
muchas veces me pregunto si estoy usando las técnicas correctas, interviniendo mucho o poco, diciendo lo acertado, guiando a la persona como se supone. Me pregunto si el otro está recibiendo eso por lo que pagó, si va a volver, si se está aburriendo, ¿Si seré buena terapeuta?, ¿Le estoy haciendo perder su tiempo? ¿Quién soy yo y que sé yo para hablarle al otro de su vida? En pocas palabras si lo estoy haciendo bien o mal. Tantas veces soy mi más crítica y exigente supervisora dentro de la sesión. Esto poco ayuda. Cuando puedo soltarlo, y simplemente estar. Cuando veo a la persona a través de sus ojos, y me pregunto más bien, ¿Como puedo amarla? Cuando en el silencio, callo las voces y simplemente se que quién está enfrete es inmenso y me pregunto ¿Como puedo ayudarle a saberlo también? ¿Qué puedo decirle para qué lo recuerde? ¿Cómo puedo estar para que pueda quitarse todos esos disfraces y protecciones y sienta su corazón? Es entonces cuando verdadera magia sucede, y me doy cuenta de que no es lo que yo haga en absoluto lo que importa, Sino lo que permito que suceda cuando Soy y quito todo lo demás del medio |
Criando con conciencia, presencia y responsabilidad. Este es un blog sin más pretensiones que poner en voz alta todas esas reflexiones de esta mi crianza a Eloísa y Matilde y de mi recorrido personal y profesional.
miércoles, 25 de mayo de 2016
Terapia...
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