jueves, 20 de septiembre de 2018

Semana de lactancia

Este post me ha dado vueltas toda la semana. Me he silenciado a mi misma diciéndome que una campaña pro-algo es solo eso.
Entonces me digo: ¿Por qué voy a ir de amargada si lo que busca la campaña es fomentar algo tan importante como la Lactancia Materna?
¿No estarás hablando desde tu herida?
¿Desde tu ego?
Hasta que hoy leí algo que me me disparó, la herida o el ego, o la fuerza de una voz que desde que mis hijas nacieron cada vez elijo callar menos.
"La lactancia es el acto de amor más grande".
También he leído acerca de acto de sacrificio que representa.
Y entonces me acordé de mis dos postpartos, detrás de los libros y pantallas, llorando, sintiéndome sola, culpable, poco mujer, mala mamá.
Desesperada en una búsqueda incansable porque no me salía leche. Y eso, me decían, era imposible.
Cuántas veces me dijeron: la que no amamanta es porque no quiere.
Yo quería. Quería mucho. Me había preparado de todas las maneras posibles. Física, mental, psicologica, existencialmente.
Y aún así la leche no fluyó. Con ninguna de mis hijas. Aún cuando con la segunda creía haber aprendido la lección.
Muchas veces me sentí muy maltratada por mujeres que me juzgaron directa e indirectamente. Empecé a leer con otros ojos todos los discursos de amor y crianza respetuosa. No encontraba un lugar en una comunidad que parecía no tener un espacio para la cesárea y la no-lactancia.
Vi de frente como las mismas mujeres somos tan duras, y la crianza desde el mismo embarazo se vuelve una competencia despiadada y tan disfrazada.
El primero de los postpartos fue muy difícil. En el segundo ya tenía más posibilidades emocionales.
Me acuerdo de frases como: eso es ser mamá. No puedes rendirte, tu bebé te necesita. Se va a enfermar si no le das teta. El vinculo depende de eso.
Y si:
Es el acto de amor más grande.
Por supuesto sé que la lactancia necesita campañas, recursos, apoyo.
Desmitificar tantas falsas ideas, dar información real y estudiada que nos cuente de lo maravilloso que es el cuerpo y lo importante que es para el bebé.
Apoyar a las mamás que están solas, confundidas, que muchas veces abandonan porque no hubo nadie que acompañará su postparto.
Se necesitan políticas públicas y de salud, cambiar ideas e imágenes erróneas, reivindicar la teta y sacarla de territorios perversos que dejan a los niños sin alimento y a las madres divididas.
Y también sé que no podemos perder de vista a la mujer detrás de la teta.
Eso es también objetivizarla. Convertirla ahora solamente en la teta que alimenta.
Cómo si todo lo demás se pudiera poner en pausa.
Cómo si no amamantar fuera una debilidad. Una falla de una madre que no fue capaz.
Que no tuvo "suficiente amor" como para superar el dolor que le corresponde como madre.
Sé de mi, y sé de tantas mujeres que han pasado por lo mismo.
Quizá para ellas escribo hoy. Para quienes esta campaña duele, y les hace cuestionarse su labor, su feminidad, su capacidad. Para quienes se sienten débiles, o temen por todos los daños que están causando a sus bebés por sus elecciones “egoístas” o sus organismos dañados.
¿Por qué para muchas no es posible?
Tantas explicaciones que han pasado frente a mi. Cómo con todos y cada unos de los temas de la crianza.
Finalmente mis hijas si algo me han enseñado es que solo.se que nada sé, y que nada puedo controlar.

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