miércoles, 25 de mayo de 2016

Terapia...


En terapia, no importa si estoy ante un niño, un adulto, una familia, o un grupo,
muchas veces me pregunto si estoy usando las técnicas correctas, interviniendo mucho o poco, diciendo lo acertado, guiando a la persona como se supone.
Me pregunto si el otro está recibiendo eso por lo que pagó, si va a volver, si se está aburriendo,
¿Si seré buena terapeuta?, ¿Le estoy haciendo perder su tiempo?
¿Quién soy yo y que sé yo para hablarle al otro de su vida?

En pocas palabras si lo estoy haciendo bien o mal.
Tantas veces soy mi más crítica y exigente supervisora dentro de la sesión.
Esto poco ayuda.

Cuando puedo soltarlo, y simplemente estar. Cuando veo a la persona a través de sus ojos, y me pregunto más bien,
¿Como puedo amarla?
Cuando en el silencio, callo las voces y simplemente se que quién está enfrete es inmenso y me pregunto ¿Como puedo ayudarle a saberlo también?
¿Qué puedo decirle para qué lo recuerde?
¿Cómo puedo estar para que pueda quitarse todos esos disfraces y protecciones y sienta su corazón?

Es entonces cuando verdadera magia sucede, y me doy cuenta de que no es lo que yo haga en absoluto lo que importa,
Sino lo que permito que suceda cuando Soy y quito todo lo demás del medio

martes, 10 de mayo de 2016

Los niños quieren jugar...



Los niños quieren jugar. Lo piden todo el tiempo.

Quieren crear, trasformar, contar historias, expresar sus emociones, elaborar las situaciones cotidianas, a través de los objetos, hacer eso que su mundo interno aclama.

Quieren divertirse, reírse, tocarse, demostrar su fuerza y su poder. Cuidarse entre ellos, demostrar sus talentos, adquirir los poderes que tanto les hace falta en la vida.

Quieren descubrir como funciona el mundo, sentir con todo su cuerpo, concentrarse para lograr eso que tanto quieren por motivación propia.
Eso quieren.

Pero ahí estamos los adultos interrumpiendo. Prohibiendo. Dirigiendo. Ordenando. Controlando. Interviniendo.
Pasándoles nuestros miedos.
Pidiéndoles que sean productivos.
Haciéndoles creer que el mundo es un lugar serio en el que no hay tiempo que perder.
Envidiando su alegría y placer.
Angustiándonos por sus emociones genuinas y expresiones auténticas de las que tanto carecemos.

En lugar de ser obstáculo observemos. Contagiémonos de su risa y su pasión. Confiemos. Recordemos a su lado lo inmensa que es la existencia y lo rico que puede ser vivir.

jueves, 5 de mayo de 2016

Cuando no quiero ser mamá

Por Ana María Constaín





Amadas hijas,

A veces no quiero ser mamá.

Quisiera poder poner pausa a su existencia para tener trozos de vida en los que yo, sea solo yo.
Porque su presencia a veces es demasiado intensa. Demasiado permanente.
Ustedes están cuando mi enfermedad y mi cansancio piden cama,
Y cuando mi tristeza necesita silencio y quietud,
Aparecen en medio de conversaciones,
Provocan cuando mi rabia necesita espacio para no cruzar el punto de no retorno.
Sus necesidades se interponen en propuestas de trabajo
Sus enfermedades en planes con amigos
Y constantemente se asoman cuando sale lo peor de mi.

A veces no quiero ser mamá

Porque me pregunto si sirvo para eso,
Porque amadas hijas,
les confieso que difícilmente mantengo viva una planta,
He descubierto que soy muy mala ama de casa
Que no me gusta que los demás dependan de mi,
Y que fuera del trabajo me aburre jugar.
Así que con frecuencia la responsabilidad me aplasta, la culpa me consume, y me siento agotada, porque la vida no para, y sus necesidades tampoco.

Si, me cuesta decírselo, pero a veces no quiero ser mamá.

Especialmente, cuando no soy la mamá que debería. Supuestamente.
Me peleo tanto con la mamá que soy, que en esa lucha queda poco espacio para ustedes.
Pero a veces, puedo darme espacio para ser.
No la mamá. Yo.  Así completa con todo lo que soy.
Y entonces hay espacio para ustedes. No las hijas. Ustedes. Con todo lo que son.

En ese encuentro infinito, me doy cuenta de que la lucha es una pelea de roles. No de seres.
Y cuando puedo deshacerme del rol, entro en éxtasis.
Algo mágico sucede. Nos conectamos y puedo ver la inmensidad de la existencia.
Me percato de cómo sus enfermedades me paran cuando el ritmo me está sobrepasando,
Y como su presencia me ha permitido elegir y construir mi trabajo con tanta consciencia
Veo como sus emociones son alarmas que me alertan cuando estoy perdiendo mi centro,
Y me asombro ante la manera en que me invitan a habitar el presente, diluyendo la ilusión de futuro.
Sus cuerpos despiertan el mio, y desbloquean canales cerrados ante la dureza que también hay en el mundo.
Y comprendo que ese, el peor lado de mi, que ustedes sacan con admirable perseverancia, no es más que la parte mia que más amor necesita, y que una vez afuera, puedo ver de frente para abrazarla y reconciliarme con ella.
Con cada plan cancelado suelto el control y aprendo a confiar,
Y cuando los gastos aumentan reconozco mi abundancia y me doy cuenta de todo lo que puedo aportar al mundo.
Sus incontables necesidades, me muestran que puedo pedir ayuda, y que siempre, hay manos disponibles
Cada día soy testigo de que ustedes son mucho más que el resultado de mi crianza.

Amadas hijas,
Cuando no quiero ser mamá
Es porque esa palabra tiene mucha carga.
Muchas expectativas, significados, exigencias, deberías y sacrificios.

Yo quiero trascender la palabra. 
Quiero Ser a su lado, conectando con ustedes para poder acompañarlas en su camino.
Enseñarles lo que pueda, y dejar que otros sean parte de su vida para enseñarles lo que también saben.
Sé que yo no soy suficiente, y sé que ustedes no son mías.
Yo soy su guardiana, mientras me necesiten.
La representación del Amor incondicional en la tierra.
Quiero estar para que juntas nos recordemos el camino hacia el centro, cada vez que lo olvidemos.
Sabiéndonos el Todo, sin perder la individualidad.
Honrando y respetando el camino único de cada una.
Soltando la idea de que soy yo la que moldea sus vidas
Renunciando a ser indispensable,
Abriendo paso a la libertad, y a la confianza
Quiero darles lo que desde mi esencia surge cuando entramos en sintonía, y desde ahí hay un flujo de Amor que crea terrenos fértiles

Amadas hijas,

Más que su mamá quiero Ser todo lo que Soy a su lado.
Gracias a ustedes y para ustedes.