Apoyo completamente la lactancia materna. Y valoro muchísimo
la labor de tantas personas que están haciendo esfuerzos por fomentarla.
Aún así no pude amamantar a Eloísa. Y sí que lo intenté.
Con ella en brazos tuve algo claro: La lactancia no es
fácil. Al menos no para todas las
mujeres. Por qué, para mí es un
misterio. Creía antes que era un proceso natural y simple. Pero en el día a día
veo que no es así. Tengo algunas sospechas que apuntan a nuestra cultura, ritmo
de vida, desconexión con el cuerpo, intolerancia al dolor entre otras. Sin
embargo no me extenderé en eso porque este no es un artículo sobre lactancia.
Sí, apoyo completamente la lactancia materna. ¿Pero que pasa
cuando no se puede?
En lo personal aún me duele mucho cuando oigo a alguien
decir: “Si no le dio teta es porque en el fondo no quería.”
Para mí fue realmente difícil aceptar que Eloísa sería una
niña de tetero. Me había informado tanto en la importancia de la lactancia que
todos esos argumentos se me vinieron en contra a la hora de abrir un tarro de
leche. ¿Podré tener un buen vínculo con ella? ¿Será una niña enferma? .. la
lista es bastante larga. A eso le agrego mi frustración y profundo dolor por
“no ser capaz”. Porque se supone que el que quiere puede. Inmersa en la
búsqueda de razones, mirándome a mi, mirándola a ella, leyendo y oyendo
consejos, intentando todo lo que me fue posible, finalmente me entregué a la
realidad que estaba frente a mi: No iba a amamantar.
¿Fue rendirme? No lo sé. En ese momento empezó a ser más
importante para mí la relación con la bebé que añoraba contacto, que la
relación con el sacaleches y la idea de la lactancia fluida y perfecta. Esa
batalla me consumía y no me quedaba energía para disfrutar de la maternidad.
Mi desprecio a las “grandes industrias fabricantes de leche
que se enriquecen acabando con la lactancia”,
se convirtió en agradecimiento.
Sí, gracias a todos
aquellos productos de la industria moderna, teteros, pañales, esterilizadores,
chupos y demás que me facilitaron la vida para hacerme cargo de lo que era
realmente importante: Eloísa.
¿Qué sin ellos habría insistido más y finalmente amamantado?
Puede ser. O no.
De todas maneras esta experiencia me hizo darme cuenta una
vez más de cuánto juzgamos. Señalamos. Lo bueno y lo malo.
Porque la leche de tarro es sólo una de las tantas cosas que
en determinado momento satanizamos.
Los enemigos de la “buena crianza”.
La lista es enorme: el tetero, la televisión, la carne roja,
la cuna, el coche, el chupo, los antibióticos, la tecnología, la ciudad … Todos
tenemos nuestra lista propia.
El problema no es la existencia de estos “enemigos”, sino lo
que hacemos con ellos. Porque en nuestra falta de consciencia abusamos de cosas
externas para no hacernos cargo. Llenamos vacíos con televisión, dormimos
síntomas con medicina, callamos abandonos con chupos. Nos distraemos. Y lo
hacemos de muchas maneras, aunque a veces creamos que por deshacernos de
nuestros enemigos somos mejores personas. Meditar también puede ser un escape.
Dar teta no es garantía de vínculo.
Ni lo es llenarnos de verdades por más nobles que sean (o
nos parezcan).
En mi desencuentro con la lactancia me di cuenta que al
final lo más importante no es la forma y que tales enemigos pueden también ser
aliados.
Hoy para mí, no hay una “buena crianza” como tal. O una
lista de cosas que hacen los “buenos padres”.
Tal vez, hay más o menos capacidad para mirarnos a nosotros mismos. Para
criar más desde nuestro ser esencial y menos desde nuestro ego. Más desde
nuestro amor y menos desde nuestras carencias y heridas. Más desde nuestra
conciencia.
Lamento que no hays podido amamantar a Eloisa. Lo cierto es que hay casos como el tuyo, de madres que quieren hacerlo pero realmente les resulta imposible. Pero también hay muchos otros de mamás que ni siquiera lo consideran y desde el principio quieren dar tetero a sus bebes. No juzgo a ninguna de las dos, solo me da tristeza que por una u otra razón se pierdan de esta maravillosa experiencia. Me encantaría que nos hablaras más de tus teorías sobre porque hoy en día amamantar no es algo que fluye naturalmente en las madres. Llegue a tu blog por Cami Puertas y, la verdad, me ha encantado. No soy psicóloga ni nada pero soy mamá y escribo sobre mi experiencia al respecto. Me encantaría que te pasaras también por mi blog. Siempre es bueno estar en contacto con mamás como tu.
ResponderEliminarGracias Zary. Para mí también fue muy triste no poder hacerlo. Valoro mucho a las personas trabajando en Pro de la Lactancia. Hace falta información, pero sobre todo acompañamiento emocional. Tomaré en cuenta tu pedido para publicar un artículo que se extienda más en el tema de la lactancia. ¿cuál es tu blog?
ResponderEliminarAna María
Hola Ana. Mi blog es www.lamamdesara.com estas invitadísima a leerme y a participar en el.
EliminarSaludos!!
enhorabuena por el artículo. Sin duda lo recomendará a madres que están en la misma situación y que han quedado traumatizadas por una cesarea...........
ResponderEliminarMe llega tu cercanía, tu sinceridad y tu calor.
Esto es así. Y punto pelota :-)
ResponderEliminarLamento que no hayas podido disfrutar de la lactancia, pero la aceptación y el auto-conocimiento son partes del proceso.
Como bien atisbas: "tengo algunas sospechas que apuntan a nuestra cultura, ritmo de vida, desconexión con el cuerpo, intolerancia al dolor entre otras" También a la calidad del maternaje que recibimos cuando éramos pequeñas...
La lactancia es un fenómeno social afectado por la forma de vida, igual que la fertilidad, la crianza, la maternidad, la salud en general, la conciencia...
Todo es parte de lo mismo. Y no somos culpables, estaría tentada de decir que somos víctimas, pero tampoco. Ni culpables ni víctimas, ni buenos ni malos... sólo conciencia.
Abrazos, un grato descubrimiento tu blog!
Gracias Ileana.
EliminarFue una triste experiencia, y también de las que más me han enseñado. Justamente eso que dices: Aceptación. Y muchas otras cosas. Humildad, soltar el control, confianza... bueno la lista es larga. Ultimamente estoy con esta frase dando vueltas en mi cabeza: "Todo es perfecto tal y como es". Ha sido mi mantra de estos días. Y bueno... fue perfecto tal y como fue de tantas maneras!
Aqui seguiremos en el camino de la conciencia =)
Anii yo tampoco pude, porq como me hice reduccion mamaria fue imposible q me saliera nada... ni una gota, tengo los conductos rotos asi q bueno tambien casi me muero de tristeza de pensar en mi Juani sin su calostro... fue duro. pero la verdad tal cual agradecidisima con la formula y Juani esta hecho un toro! pero si me senti muuyy culpable.... esta muy lindo este articulo
ResponderEliminarGracias Nana, Me alegra que mis palabras y experiencia lleguen a personas que han pasado por situaciones similares. Te mando un abrazo grande y espero verlos cuando vengan!
EliminarMuchas gracias por publicar esto. Mi hijo ya va a cumplir 3 años y todavia no puedo cerrar la herida que me provoco no poder amamantarlo. Me senti muy identificada con tu relato hice de todo y hasta sacarme leche y darle cada una hora en cucharita para que no se acostumbrara a la tetina de la mamadera.Me sentia poco mujer porque pensaba que era algo natural y a mi no me sucedia .Temia por el vinculo con mi hijo y me epecinaba mas y mas infructuosa era mi lactancia . En fin hasta que un dia me di cuenta que lo que no estaba ayudadno al vinculo con mi bb era precisamente la lactancia . Còmo ??? no se supone que teta es sinonimo de vinculo???. Por eso me saltaron laslagrimas cuando vi tu escrito ..." Dar teta no es garantía de vínculo"... Termine por darle formula y poniendo mi ego en un bolsillo y descubri que se podia generar vinculos de intimidad materna y bb desde otro lugar. Pero... aun llevo esa pequeña herida en el ego de no haber podido amamantar. gracias por la nota.
ResponderEliminarCierto que el entorno no facilita la lactancia materna, antiguamente era algo que estaba presente sin tener que ir a buscarlo. En cualquier grupo donde hubiera madres siempre había alguna que estaba amamantando. Actualmente se convierte en "casi imprescindible" estar en contacto con algún grupo de lactancia materna, asistir a sus reuniones (liga de la leche son las personas más expertas en el tema) antes de dar a luz (para que nos resulten conocidas) los contratiempos que pueden suceder. La mala posición del bebé es la que normalmente puede provocar heridas, sale poco alimento, se deja de producir leche etc etc. Cómo muy bien dices el apoyo emocional es VITAL en este tema y no vale lo que diga la suegra, la amiga, la hermana. Es conveniente la persona profesional porque cada niño y cada madre es un tema y tiene unas peculiaridades. Mi hijo estuvo sin aumentar un gramo todo un mes de dos a tres meses. Mi autoestima y el apoyo que recibí me dieron la seguridad de que el problema no estaba en mi leche y efectivamente estaba en la enfermedad rara que le detectaron. Llegué a dejar de producir leche. El niño no podía tomarla por el gran dolor que le producía comer y mi inteligente cuerpo dejo de fabricar algo que nadie utilizaba. También tuve suerte con el pediatra este sabía que el problema no estaba en la composición de mi leche. Pero una frase con la que me quedo es Un biberón dado con amor es mucho más placentero y gratificante que una teta dada con enfado o mala leche. El niño percibe todo y si yo tengo prisa, quiero que termine pronto, estoy harta de ser imprescindible, quiero tiempo para mí, me duele y no sé cómo solucionarlo (nunca debe doler, es por mala posición) . Todo eso lo percibe el niño y le puede hacer más daño que un biberón con amor y respeto.
ResponderEliminarEs muy cierto y comparto tu opinión, yo tampoco pude amamantar a mis dos hijos, porque nacieron con una extraña alergia a la proteína animal y tampoco tomaron leche de vaca, solo de soya. La sociedad que tanto critica, no me preparó para esto, y me llegue a casa con un niño que no tenia como comer y sin un solo biberón para alimentarlo, pues juraba que les daría leche materna desde el primer día. Hoy son grandes, sanos y tengo con ellos el mejor de los vínculos, por lo cual doy buena fe de que la crianza la da el amor y no de donde provenga la proteína.
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